03 Feb 1×06 Papel, ojo, corazón y memoria
UN PODCAST DE ISABEL HALO · DISEÑADORA GRÁFICA CREATIVA
PODCAST EL PAPEL VEGETAL
1×06
Papel, ojo corazón y memoria
Estás escuchando El papel Vegetal, un podcast para gente como tú: personas inquietas, inconformistas y luminosas, que desean incorporar a su proyecto o negocio una buena dosis de diseño y creatividad.
Hoy te traigo un episodio más personal que de costumbre. Con esto de hacer un podcast me estoy animando cada vez más a contar esa parte de mí que aunque es verdad que está muy ligada a lo profesional, pues no suelo compartir fácilmente.
Esta persona que estás escuchando hablar ahora mismo ha sido una auténtica presa de la timidez durante gran parte de su vida. Y pensarás: pero eso como va a ser, si estás haciendo un podcast!!! El ejercicio de comunicación que hago cuando escribo el guión del episodio y me pongo frente al micro como ahora en total soledad con mi velita, me está sirviendo muchísimo para ir cada vez comiéndole más terreno a mis propios límites.
Lo de hablar con la gente y compartir mis ideas de forma abierta y sin miedo…digamos que no ha sido mi fuerte para nada y es algo que siempre he admirado de las personas que lo hacían sin miedo ni verguenza. Y es que desde muy pequeña el dibujo y la escritura han sido mi refugio y la forma que yo tenía de decirle las cosas a los demás. Compensaba esa timidez del hablar desarrollando lo creativo hacia el papel. Y claro, a base de usar esta estrategia de vida, se fue convirtiendo poco a poco en mi modo de hacer las cosas pero para todo.
Lo que el diseño gráfico me enseñó cuando ni siquiera sabía lo que hacía
Hoy quiero contarte cómo el diseño me ayudó a aprender, en un momento en el que ni siquiera yo tenía constancia de lo que estaba haciendo. Te cuento. Cuando pasé del preescolar al instituto, podría tener unos 6 años, la cosa se puso un poco más seria y ya no había tanto espacio en el cole para juegos y y diversiones. Porque empezaron a aparecer las tablas de multiplicar, los verbos, los elementos de la célula animal… y había que memorizar cosas, evidentemente, para aprobar los exámenes. Y yo era un auténtico paquete memorizando. Malísima de verdad y todo esto se me hacía una bola en el estómago que me ponía nerviosísima porque me daba cuenta de que ahí tenía una gran dificultad. Me costaba grabar información en la memoria así como así, sin un hilo conductor o un razonamiento o una historia y qué tenía 10 años, eran los 90, y las técnicas de aprendizaje bueno pues eran la que eran. También me daba cuenta de otra cosa, que aunque no memorizaba la información digamos más teórica, sí retenía muy bien las ilustraciones del libro, los colores, dónde estaban ubicados algunos dibujos en las fichas, las tablas de datos, las flechas, los círculos, las fotografías…todo lo que tuviera un componente más gráfico me llamaba mucho la atención. Así que para compensar de nuevo una dificultad, utilicé el diseño, que en ese momento pues eran trazos, dibujos y esquemas muy básicos de una niña. Organizando la información en formas de colores, en ilustraciones que yo misma hacía, en posters con collage, con pegatinas, recortables…es que me funcionaba super bien y así fui solucionando la papeleta educativa…durante el resto de mi vida estudiantil la verdad, universidad incluida. No es algo que solo me pasara a mí por supuesto porque conozco a muchísimas personas que funcionan de esta misma manera. A lo mejor tú también eres una de ellas.
Supongo que en este punto del episodio ya tendrás alguna idea más clara de porqué lo he titulado Papel, ojo, corazón y memoria. no? jajaja Estas palabras vinieron a mi mente hablando por teléfono con una muy buena amiga, que es profesora y claro, de aprendizaje sabe un rato. Y yo intentaba explicarle lo importante que era para mí, en la época de instituto o universidad, hacer unos apuntes personalizados, bonitos, estructurados, ilustrados, con una jerarquía de la información muy marcada, haciendo los títulos más grandes, añadiendo esquemas…En definitiva, creando un universo visual que me encantara, páginas y páginas llenas de belleza de las que yo estuviera totalmente enamorada.
Al final se parece mucho a eso que hacen las plantas no? Que tu le das sol y agua y ellas se crean su propio alimento. Entonces entendí que la información visual hace un viaje de 4 pasos cuando nos atraviesa: del papel, va al ojo, del ojo (si te emociona lo que ves) pasa al corazón (toca la emoción) y si esto ha ocurrido, pasa a la memoria. Papel, ojo, corazón y memoria.
Aprender es más fácil cuando te emociona. Y también funciona en el diseño gráfico creativo
Ahora con la perspectiva de los años me doy cuenta de que yo necesitaba emocionarme para aprender. Y para mí la emoción estaba en las imágenes y desde ahí era facilísimo memorizar cualquier cosa. Porque no me costaba ningún trabajo, simplemente lo sentía y se me grababa en la mente. Esto es algo que ya se lleva estudiando muchísimo tiempo y los especialistas del aprendizaje han publicado cientos de artículos sobre el tema. En concreto Francisco Mora, doctor en medicina y neurociencia escribió un libro que se titula “solo se puede aprender lo que se ama”. Es una genialidad de título porque resume en 8 palabras todo lo que te estoy contando, que el cerebro necesita emocionarse para aprender. Sentir es el pegamento para adquirir nuevos conocimientos. Y obviamente detrás de esto hay una gran explicación científica que incluye nombres extraños de partes del cerebro que no conozco porque no soy especialista en el tema y reacciones fisiológicas etc que bueno dan respaldo a estas teorías. Para mí, lo importante es que es así, o sea, que no tengo dudas de que para que te llegue un mensaje al coco, te tiene que mover primero algo por dentro. Te cuento todo esto porque hace poquito he estado diseñando precisamente en unos cuadernos de trabajo didácticos para un centro de psicología.
Mientras los diseñaba pensaba todo el tiempo en aquellos apuntes que yo hacía cuando estaba en el instituto. Ahora utilizo el ordenador, programas profesionales de diseño y los conocimientos de haberme especializado en diseño editorial, pero en el fondo los he hecho desde la intuición de aquella niña con 10 años a la que le costaba memorizar. Desde saber que estos cuadernos debían tener una estética amable, acogedora y por supuesto que dejara espacio a la emoción.
Si te interesa saber más sobre cómo el diseño gráfico y las emociones impactan en el aprendizaje y en la creación de marcas, te invito a explorar mi sección Universo de marca, donde verás reflejado todo esto a través de mi metodología de trabajo.
Espero que este episodio te haya echo reflexionar sobre el poder que tiene el diseño en el aprendizaje y por supuesto también en la enseñanza.
La belleza sólo es útil si genera una emoción.
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