10 Abr 2×01 Sí, juzguemos un libro por su portada
UN PODCAST DE ISABEL HALO · DISEÑADORA GRÁFICA CREATIVA
PODCAST EL PAPEL VEGETAL
2×01
Sí, juzguemos un libro por su portada
Bienvenidos a El Papel Vegetal, un podcast para gente como tú: personas inquietas, inconformistas y luminosas, que desean incorporar a su proyecto o negocio una buena dosis de diseño y creatividad.
¿Cuántas veces habrás escuchado ese refrán que dice: “No se debe juzgar un libro por su portada”?
En diseño gráfico y la primera impresión es un vínculo inevitable.
Yo la he escuchado mil veces. Y además, no solo la usamos con los libros, sino también como una metáfora para la vida: para decir que no podemos fiarnos solo de las apariencias a la hora de comprar un producto, o incluso para advertirnos de que no deberíamos confiar o desconfiar de una persona solo por lo que vemos de ella.
Vamos, que nos han enseñado que las apariencias pueden engañar, que no hay que quedarse con lo superficial.
Pues yo hoy voy a decir algo impopular… a mí me encanta juzgar un libro por su portada.
Y no me escondo.
Tu diseño habla antes que tú: ¿qué está diciendo?
Y cuando digo “libro”, no me refiero solo a los libros, sino a cualquier cosa que tenga una presencia visual. Por ejemplo:
– Ese documento que envías a tus clientes para ofrecer tus servicios.
– Un catálogo con tu trabajo si eres artista.
– O ese PDF de la prehistoria en el que presentas tu proyecto y hablas de ti. Sí, ese que te da pereza actualizar, pero que sabes que no representa todo el esfuerzo y valor de tu negocio.
Déjame decirte algo: esto es muy injusto para ti.
Porque, aunque nos guste creer lo contrario, todos juzgamos por las apariencias.
Sí, todos.
Tu cerebro decide en segundos. Y sobre todo en el diseño gráfico, la importancia de esto se acentúa.
Y aunque me digas que tú no, que no eres superficial, que te gusta ir más allá… tu cerebro lo hace por ti. Nuestro cerebro está diseñado para tomar decisiones rápidas basadas en lo que ve. No porque seamos frívolos, sino porque en un mundo lleno de estímulos visuales, lo que entra primero por los ojos es lo que nos ayuda a tomar decisiones.
Piénsalo: ¿cómo eliges un libro?
Puede que alguien te lo haya recomendado, puede que conozcas al autor… pero si estás en una librería o explorando en una tienda online, lo primero que capta tu atención es la portada.
Y en cuestión de segundos, ya has decidido si te interesa o no.
¿Lo has leído por dentro? No.
¿Has podido saber si te gusta la historia? No.
Pero la portada ha sido el puente visual entre tú y el contenido del libro.
Usamos las portadas como herramienta de comunicación visual
Esa es su función básica: darte pistas sobre lo que hay dentro, sobre lo que vas a experimentar al leerlo.
Pero aquí viene algo más profundo, algo que no se ve objetivamente, pero que se siente al instante: el amor que hay dentro de ese libro.
Y sé lo que estás pensando: “Pero Isabel, ¿cómo voy a ver el ‘amor’ que hay en un libro?”
No, no me he vuelto loca. Déjame explicarte.
¿Puede el detalle y la intención sentirse en un diseño creativo?
Cuando digo que podemos ver el amor en un libro (o en cualquier pieza editorial), no hablo solo de colores bonitos o de una tipografía elegante. No es solo una ilustración llamativa o un diseño con tendencias actuales.
Hablo de la intención. El tipo de energía con el que se han hecho las cosas, el cuidado, la coherencia entre lo que el libro promete y lo que realmente ofrece.
Porque hay portadas que simplemente están puestas ahí. Cumplen su función mínima y ya está. Y luego hay portadas que se sienten vivas. Que te dicen algo. Que, de repente, te atrapan y no sabes por qué, pero “tienen algo” que te hace querer mirarlas una y otra vez.
Ese algo no es casualidad.
Pasa porque detrás hay alguien que ha pensado en cada detalle. Alguien que ha puesto su energía y su pasión en hacer que esa imagen cuente muchas cosas antes de que abras la primera página.
La típica persona perfeccionista, apasionada por su trabajo, detallista, visionaria…Yo no se tú, pero a mí esta es la gente con la que me encanta trabajar. En el caso de los libros, puede que esa persona puede ser la editorial, el autor, da igual. El caso es que nos está diciendo a través de las imágenes “detrás de estas páginas hay personas que aman lo que hacen”.
Así que ¡sorpresa! este es el efecto que tiene una buena presentación visual con tus clientes. Tú eres quien está detrás de lo que muestras y quien puedes poner la intención de cuidarlo.
Aquí viene el giro importante: esto no es solo cosa de libros.
Pasa con todo lo que tiene presencia visual.
– Un dossier de presentación.
– Un catálogo de productos o servicios.
– Una presentación.
– Cualquier documento que lleve tu nombre y represente tu trabajo.
Si tu presentación visual no está a la altura de la calidad de lo que ofreces, te estás haciendo un flaco favor.
Porque, te guste o no, cuando alguien ve tu material, te está juzgando en segundos.
Puedes hacer algo rápido, funcional, sin más…
O puedes hacer algo que hable de ti, que refleje tu esencia y que demuestre el valor real de lo que haces.
Porque, al final, las portadas no solo muestran un título, muestran una intención.
Y tú, ¿qué intención quieres transmitir con la tuya?
Si sientes que ha llegado el momento de darle a tu proyecto la imagen que realmente merece, te invito a seguir explorando el poder del diseño conmigo.
Recuerda que las portadas dicen muchas cosas pero sobre todo dicen cuánto corazón le pones a lo que haces.
Sorry, the comment form is closed at this time.