10 Abr 2×06 El síndrome de la Meseta
UN PODCAST DE ISABEL HALO · DISEÑADORA GRÁFICA CREATIVA
PODCAST EL PAPEL VEGETAL
2×06
El síndrome de la Meseta
Bienvenidos a El Papel Vegetal, un podcast para gente como tú: personas inquietas, inconformistas y luminosas, que desean incorporar a su proyecto o negocio una buena dosis de diseño y creatividad.
¿Si hoy volvieras a empezar, rediseñarías tu marca con todo lo que ya sabes?
Imagínate que hoy tuvieras que empezar de nuevo tu proyecto. Que pones el contador a cero y te transportas a la casilla de salida. A ese día en el que abriste tu cuenta de Instagram o imprimiste tus tarjetas de visita por primera vez. Pero, esta vez lo vamos a hacer con un poquito de truco: quiero que viajes mentalmente a ese momento teniendo todo el conocimiento y toda la experiencia que tienes ahora.
Vale, ¿lo tienes? Bien. Pues aquí va mi pregunta: ¿Utilizarías el mismo universo gráfico que usas ahora para comunicarte con las personas a las que les interesan tus ideas? ¿Te seguirías sintiendo identificado por esos colores, por esas tipografías, por la comunicación visual con la que cuentas ahora mismo?
Esta situación de la que te hablo nos pasa a todos y sois muchos los profesionales que me contactáis contándome algo muy parecido. Pero vamos, que perfectamente podría ser yo misma la que la contara también. Jajajaja.
Cuando tu diseño de marca ya no habla el mismo idioma que tú…
Y claro, esto nos ocurre porque, cuando empezamos, lo hacemos con lo que tenemos a mano. Con las mejores herramientas que encontramos en ese momento:
Un logo hecho rápido por un amigo, una tipografía gratuita que nos gustó en Pinterest, una paleta de colores con la que tenías obsesión en ese momento. Y a ver, que eso no está mal. La prioridad en ese momento era arrancar, poner algo en marcha, dar forma a la idea. Pero con el tiempo… las cosas cambian. Y seguro que hoy, con todo lo que sabes… lo harías de otra manera.
En este tiempo desde que empezaste, seguro que te han pasado mil cosas. Te ha dado tiempo a cometer errores, a cambiar varias veces de sentido, de estrategia de comunicación, de concepto creativo… Te habrás acostado por las noches haciéndote mil y una preguntas y te habrás levantado por la mañana con esas y con más dudas todavía. Y lo más curioso es que no hace falta que nadie te lo diga. Tú mismo empiezas a notar que algo no cuadra. Que, aunque sigues avanzando y dándolo todo, sabes perfectamente que eso que los demás ven no refleja realmente el valor que ofreces a día de hoy.
A esto es a lo que yo llamo el ‘Síndrome de la Meseta’.
Ese momento (cómodo, por qué no decirlo) en el que sientes que tu negocio o tu proyecto va bien, funciona pero ha evolucionado, y la imagen que muestras al mundo se ha quedado atrás.
No es que lo que tengas de tu identidad corporativa esté mal, sino que ya no encaja con lo que eres ahora.
Y si sientes esto, déjame decirte algo: es una muy buena señal. Porque significa que has crecido. Que has pasado de de apagar fuegos jugando a la improvisación a ser consciente de lo que dices y de cómo lo dices. Ahora ya sabes lo que realmente quieres transmitir. Y lo mejor es que estás en el momento perfecto para tomar decisiones basadas en la estrategia, no en tus gustos temporales de un momento en concreto.
Hoy quiero hablarte de esta fase. De por qué la ‘meseta’ no es un problema, sino una oportunidad. De cómo aprovechar este momento para reflexionar sobre tu identidad visual, ordenar lo que tienes y dar el siguiente paso con estrategia y claridad.
Y aquí viene lo interesante: La meseta no solo es un buen momento para replantear tu diseño, sino que probablemente sea el mejor momento para hacerlo.
Porque, aunque puedas sentir que algo se ha quedado atrás, estás en un punto de estabilidad. Y eso cambia completamente la forma en la que puedes abordar tu imagen.
Aquí van tres razones por las que este momento es ideal para trabajar en diseño y dar el salto que tu negocio o proyecto necesita:
1. Porque puedes trabajar desde la calma, no desde la urgencia
Cuando empezamos un proyecto pues improvisamos, elegimos un logo sin mucha estrategia, diseñamos lo primero que nos funciona o le pedimos a un conocido algo muy económico para salir del paso . Y en ese momento está bien, porque la prioridad es empezar.
Pero ahora estás en otro momento. Tu proyecto ya funciona, ya tienes clientes, ya hay una estructura y la cosa va bien. Y eso significa que puedes permitirte hacer un trabajo más profundo, más pensado, más estratégico. No desde la desesperación de ‘necesito algo ya’, sino desde la visión de futuro. Puedes pararte a pensar lo que necesitas y te puedes permitir invertir en profesionales especialistas que puedan ayudarte.
2. Porque ahora sabes mucho más sobre tu negocio (y sobre tu audiencia)
Si hubieras intentado definir toda tu identidad visual en el día uno, probablemente habrías tomado decisiones basadas en suposiciones. Pero ahora ya no es así. Ahora tienes datos reales, experiencia y feedback de los demás, que muchas veces nos dicen cosas super útiles.
Sabes qué tono funciona mejor, qué estilo de comunicación conecta más con tu audiencia, qué tipo de clientes quieres atraer y cuáles prefieres evitar. No estás queriendo diseñar desde la intuición, sino desde el conocimiento. Y eso hace que cada decisión gráfica sea mucho más acertada. Cuando se trabaja así, puedes crear un lenguaje visual que haga diana: que hable el mismo idioma de esas personas que valoran tu trabajo y que estarían encantados de estar cerca de tí. Este es el poder más potente que tiene el diseño.
Porque es la oportunidad de alinear lo que muestras con lo que realmente eres
Tu proyecto ha evolucionado, tu forma de trabajar ha cambiado, tu propuesta de valor es más sólida… pero ¿tu identidad visual refleja ese crecimiento?
Si sientes que tu imagen todavía pertenece a una versión antigua de ti, es normal que haya algo que no encaje del todo. Y aquí es donde el diseño juega un papel clave: un buen rediseño no es solo una cuestión estética, sino una herramienta de comunicación poderosa.
Actualizar tu imagen no significa que tengas que romper con todo lo que has construido. Se trata de dar coherencia, reforzar tu mensaje y mostrar al mundo lo que realmente has llegado a ser.
Así que si sientes que estás en esta meseta… enhorabuena. Porque significa que has avanzado, que has construido algo sólido, y que ahora tienes la oportunidad de llevarlo aún más lejos con una identidad visual a la altura de lo que realmente representas.
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